viernes, 19 de agosto de 2011

La Matriz Divina - Gregg Braden

Gregg Braden es reconocido internacionalmente como pionero en la unión entre ciencia y espiritualidad. Según la visión científica tradicional, somos sólo observadores pasivos viviendo en un universo sobre el que tenemos muy poca influencia.


Sin embargo, los últimos descubrimientos de la física nos ofrecen una visión muy distinta: no estamos en absoluto separados del mundo que nos rodea ni tampoco somos meros observadores pasivos de la realidad. Existe un campo de energía que conecta todas las cosas, que forma todas las cosas y que es el origen de nuestro mundo: la Matriz Divina. 


Si supiésemos cómo comunicarnos con ella, podríamos transformar nuestras vidas y nuestro mundo. Y este es justamente el tema de este libro. Además de presentar todas la evidencias científicas necesarias, el autor nos proporciona los elementos para que podamos comunicarnos con la Matriz Divina y convertirnos en arquitectos de nuestra vida y de nuestro mundo. Esto no es una tarea fácil, requiere un gran trabajo interior que nos libere de nuestras limitaciones perceptivas y psicológicas. 

Estudios en EEUU han comprobado que la cantidad mínima de gente necesaria para iniciar un cambio de conciencia es la raíz cuadrada del 1% de la población total. Según la Kabbalah y otros sistemas de conocimiento de la antigüedad como los Vedas, los Hoppies y los Manuscritos Esenios, vivimos en un sistema holográfico, de manera que toda la creación está en ti y tú formas parte de todo el resto. Una corrección en una parte surte efecto en esa misma parte del resto del sistema. Aquí la cuestión sería ¿cómo corregir? 


Los nuevos descubrimientos sugieren que nuestro mundo es el espejo de nuestras creencias. Según la Kabbalah y otras corrientes ancestrales, este no es un mundo real, es un mero producto de las acciones que toman vida en el mundo espiritual. Son las consecuencias y no las causas lo que percibimos con nuestro limitado sistema perceptivo. Conforme la física cuántica, si excluyésemos los espacios entre las partículas que conforman la materia, el universo tendría la dimensión de un guisante. 

¿Qué significaría descubrir que el poder de crear felicidad, para curar el sufrimiento y llevar la paz a las naciones vive dentro de uno mismo?. ¿Estaremos todos interesados en este nuevo sistema o por el contrario será percibido por algunos como una amenaza a sus estructuras de poder? 

¿Están los milagros que vemos en el mundo cuántico realmente enseñándonos nuestras increíbles posibilidades en lugar de nuestros límites científicos? 

Desde la curación de nuestros cuerpos, el éxito de nuestras carreras profesionales, las relaciones y la paz entre las naciones, esta nueva evidencia, demuestra que cada uno de nosotros tiene el poder de hablar directamente con esta fuerza que une a todos y a la creación entera.

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