El mundo no sintió la fuerza de su egoísmo hasta que no llegó a su máximo desarrollo. El descubrimiento del egoísmo "en toda su magnitud", es decir, en oposición total con la ley general de la naturaleza, ocasiona al ser humano sufrimientos, enfermedades, desastres naturales y casos lamentables. Debido a que toda la naturaleza es un solo organismo, la corrupción se revela en todos los niveles de la naturaleza – inánime, vegetativo y animal.
El desafío de la humanidad contra la naturaleza condujo a una crisis general de la cual somos testigos hoy en día. Esta crisis no es "un castigo del cielo ", sino un resultado directo de nuestra cruel intervención en los sistemas ecológicos, de nuestra negligencia de las leyes de la naturaleza y del consumición excesiva de cada uno de nosotros. Si cada uno de los órganos del cuerpo general de la humanidad corrigiera sus intenciones y actuara por el bien de la humanidad - podríamos mantener el equilibrio con la naturaleza, y como resultado conseguiríamos solo bienestar y abundancia.
Pero, por desgracia, parece que la humanidad llegará a este entendimiento sólo por el "reconocimiento del mal". Este proceso puede ser el resultado de un camino largo y lleno de sufrimiento, o también el resultado de una manera corta de corrección.
Los estudios científicos demuestran que el diez por ciento de la humanidad es altruista por naturaleza, el resto son egoístas. Por lo tanto, según lo indicado por Baal ha Sulám en su artículo - "La última generación", deben corregirse, en primer lugar, ese diez por ciento de la población altruista del mundo. Ellos están comprometidos a aportar al resto de la humanidad el conocimiento sobre la causa de la crisis y sobre la posibilidad de liberación.
Debido a que la sociedad es la que determina los valores propios de la persona, debemos cambiar los valores existentes en la sociedad humana. Sólo la sociedad misma puede influenciar a cada uno de nosotros, para cambiar nuestro comportamiento de recibimiento a otorgamiento.
Como el hombre es absolutamente dependiente de la sociedad, y dado que todas sus acciones son para ganar el respeto a su personalidad en la sociedad (ya sea la familia, los hijos u otras personas), entonces si todos los que lo rodean alabaran sus acciones altruistas y deshonraran sus acciones egoístas, la persona no podría continuar en su comportamiento egoísta. Este proceso obligaría a la persona a trabajar por el bien público para ganar los elogios de quienes le rodean.
Poco a poco, debemos crear en la sociedad, una nueva agenda, que elogie de cualquier manera posible la dignidad y la importancia de las acciones altruistas. El cambio en la opinión pública debe definir como meta el implante del valor absoluto del otorgamiento a la sociedad, en toda la humanidad y en cada individuo en especial. El individuo será evaluado por medio de sus acciones de otorgamiento – de esta manera él será importante, respetado y famoso en el mundo. Gradualmente, la persona cederá a la influencia de la opinión pública, y sin otra alternativa, aceptará al altruismo como el valor más supremo.
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