martes, 27 de septiembre de 2011

A UN PASO DE LA MUERTE Y MARCHA ATRÁS

"Los testimonios de quienes han vivido experiencias cercanas a la muerte nos dicen que ésta es simplemente un tránsito a otra realidad".

La última conferencia del 26 Foro Internacional de las Ciencias Ocultas y Espirituales ha sido la pronunciada por el filósofo Federico Sánchez, director de la radiofónica "Tertulia Humanista". Ha hablado sobre un tema apasionante: "Las experiencias cercanas a la muerte".

El conferenciante ha partido de un hecho indiscutible: todos moriremos. Tenemos que abandonar nuestro cuerpo físico. Da igual que seamos creyentes, agnósticos o ateos. La muerte biológica es un hecho indiscutible para todos.

Pero, ¿existe algo más allá de la muerte física? ¿Todo el ser humano, el cuerpo físico, la mente, las emociones, fallecen, o hay algo más que perdura? Para responder a esas preguntas, ha dicho, debemos ser conscientes de lo que es el ser humano. Es un cuerpo físico, pero también una mente, con emociones, sentimientos, vivencias. Hay una consciencia, una energía, el ser humano también es energía. Y también tiene el ser humano una parte, llamémosle alma, llamémosle esencia.

¿Qué son las experiencias cercanas a la muerte? Son vivencias universales, desde siempre, quizás desde los mismos orígenes de la andadura racional del ser humano. No tienen que ver con culturas concretas, ni con credos ideológicos, religiosos, políticos, sociales ni con status profesionales concretos. Personas de diferentes niveles culturales, que han nacido en distintos continentes, han tenido experiencias similares.

Todas las personas que han pasado por una experiencia cercana a la muerte -ha señalado Federico Sánchez- merecen siempre el máximo respeto y reconocimiento de su realidad. Es inadmisible que a una persona, por el mero hecho de haber pasado por una de estas vivencias, se la tache de desequilibrada o falta de un mínimo de rigor. Quienes han vivido esa experiencia nos hablan de una trascendencia, de una realidad que va más allá de los límites físicos, tridimensionales, que todos los seres humanos tenemos en esta realidad. Nos hablan de otro plano, de otra realidad diferente de la nuestra, que parece estar más allá de la muerte biológica. Y esos testimonios nos dicen que la muerte no es el final, que es simplemente el tránsito a otra realidad.

Sólo con mencionarla, la muerte nos produce intranquilidad y miedo. Nos preocupa tanto la muerte -sostiene el conferenciante- que nos ocupamos muy poco de vivir la vida, y por ello estamos cayendo constantemente en ese círculo de pensamientos negativos. Ese miedo a la muerte puede ser consciente o inconsciente. En nuestra sociedad del bienestar, altamente tecnológica, se ha perdido totalmente ese sentido de respeto, de tránsito, de duelo que había respecto a la muerte. Y ese miedo nos lleva a ignorarla y a desmarcarnos de ella. Ya no se viven los procesos como antes; enseguida queremos sacudirnos el muerto de encima.

Respecto a las experiencias en sí mismas, Federico Sánchez ha enumerado ocho características. Primera, la sensación de estar flotando fuera del cuerpo; las personas que experimentan tales vivencias salen de su cuerpo físico y pueden verlo inerte, en cualquier circunstancia: un quirófano, un coche, la cama... Estos fenómenos, muy documentados, se producen sobre todo en hospitales o en accidentes, asegura el conferenciante. Segunda, el paso por un largo túnel oscuro, a gran velocidad. Tercera, se vislumbra la luz al final del túnel, como si se entrara aceleradamente en un campo luminoso. Cuarta, el encuentro con un ser de luz, con la energía, o la acogida de seres amigos, conocidos, que evidentemente ya han fallecido, o que no son conocidos, pero de naturaleza muy luminosa. Quinta, ante esta situación, las personas que han pasado por ella narran lo que definen como una revisión panorámica de la vida, como si estuvieran ante una gran pantalla de cine. Sexta, cambia la percepción del tiempo, del espacio y de la materia. Séptima, la clara resistencia a volver al cuerpo físico, a la materia. Dicen que están tan a gusto, en paz y armonía... Octava, sensación de decepción al regresar a la realidad material.

La mayoría de las personas que han pasado por estas experiencias tienen después un sentido diferente de la vida, del amor, de la energía, del día a día: no se preocupan por, sino que se ocupan de, comparten. Los seres humanos, sobre todo los occidentales, tenemos tendencia a coger, coger, coger... Y venimos con las manos limpias y nos iremos con las manos limpias. Hay que soltar, y no sólo cuestiones materiales, también los miedos, las fobias, las depresiones, las inseguridades. Soltar para crecer, para atraer lo positivo, lo benéfico, lo útil. Para abrirnos a la magia de la existencia.
http://foroartesadivinatorias.blogspot.com

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